martes, 26 de septiembre de 2017

Gustazo en Dortmund

Hace ya bastante tiempo que las visitas del Madrid a Alemania no suponen la infame travesía del llanto y el crujir de dientes de antaño. Tampoco son un crucero del IMSERSO, ni mucho menos, pero después de la sangre que los madridistas hemos tenido que sudar allí... Y eso que yo no viví las décadas de los setenta y ochenta. Los datos hablan por sí mismos: en los últimos tres años y medio hemos ganado dos veces en el estadio del Bayern, otras dos ocasiones en el del Schalke y una en el del Dortmund. Hasta entonces sólo podíamos apuntarnos una victoria en campo de un equipo de la Bundesliga: frente al Leverkusen alrededor del año 2000. No, cualquier tiempo pasado no fue mejor. 

Fue una invitación a partirse la cara lo que nos ofreció el Borussia, y a fe de que si no lo hicimos con más contundencia es porque la pegada del Madrid se trata de un cuento asustaviejas que ya no se cree ni Roberto Gómez (bueno, igual éste sí). Dos manos a mano desperdiciados de forma incomprensible entre Carvajal (mal inicio de temporada el suyo, hoy algo enderezado aunque insuficiente) y Cristiano dieron paso a un penalti no pitado a Ramos por mano dentro del área. Los blancos no se pusieron nerviosos y continuaron dominando y castigando la adelantada defensa amarilla. Un excepcional enganche de Bale a pase de Carvajal puso el 0-1. Y lo peor era el resultado.

Tuvo el Dortmund algunas, no lo vamos a negar, pero Sergio Ramos estaba en modo grandes noches europeas. Magistral el encuentro del de Camas, al que por cierto le hicieron un penalti en la segunda parte que fue hurtado de las repeticiones. Daba igual, porque poco después Kroos volvía a sacar el tiralíneas y colocaba un balón al espacio para Bale que acabaría rematando el Bicho. El gol de Aubameyang escasos minutos después supuso más espejismo que otra cosa. Las ocasiones del Real Madrid continuaron goteando: una caída de Bale dentro del área, un disparo de Isco a las nubes, un paradón a remate de Ramos, un mal control de Asensio encarando al portero... El tercero, también de Ronaldo, fue un chut de tremenda potencia que levantó a una niña de la grada a la que estoy en trámites de adoptar.

Se coloca el Madrid en posición cómoda en el grupo de la Copa de Europa. Tras una visita a Alemania. Al final el Nobel a Bob Dylan no se trataba de una frivolidad. The times they are a changing.


 

lunes, 18 de septiembre de 2017

Eurobasket 2017

Probablemente haya sido el torneo de baloncesto de selecciones que menos me ha enganchado en los últimos años. No por culpa del mayor o menor nivel demostrado, sino por mi hastío para con el deporte de la canasta tras el palo que nos metió, para mí inesperadamente, el Valencia Basket a principios del verano. No obstante, algunas conclusiones de lo que he visto del mismo (a partir de cuartos de final), con pinceladas específicas para madridistas:

-Eslovenia ha demostrado ser el mejor conjunto sin discusión. Emocionantísimo partido de cuartos de final contra Letonia, vendaval que pasó por encima de España y victoria ante los siempre complicados rusos. Comandados desde la dirección por dos cracks: Goran Dragic y Luka Doncic. Colocar a nuestro chaval a la misma altura de semejante jugador pudiera parecer sobrevaloración de forofo, pero es que lo de Luka ha roto ya todos los esquemas. Dragic es extraordinario, con un talento y una determinación que demuestran que en la NBA no es precisamente un figurante. Mas me atrevo a decir que Doncic ¡a sus 18 años! tiene mejores fundamentos a la hora de conocer el juego. Resulta impresionante observar la inteligencia en pista del muchacho. Reparte el juego de forma que mantiene a todos enchufados (justo lo contrario de Llull, que es un torbellino individualista), pese a que todos apuntan a que su posición natural evolutiva es la de alero, o al menos escolta. No sé, me parece capaz de dominar los partidos desde cualquier zona. Randolph estuvo suelto como segundo espada, dejando muestras de su calidad y su carácter (es decir, una de cal y otra de arena). Quizá la NBA lo vuelva a tentar. Por decir algo más, me gustó el carismático Blazic y no comprendo cómo Prepelic sigue en la liga francesa. Me parece el sustituto ideal para nuestro Carroll, al que adoro pero debe de tener más años ya que la Tarasca.

-Rusia, la otra semifinalista, nos deja dudas. Que es un equipo muy potente resulta obvio, pero no parece  capaz de liberarse del punto de excesiva frialdad que arrastra desde tiempos inmemoriales (el año que ganaron el europeo los comandó un norteamericano nacionalizado, el basket es muy cachondo). El CSKA de Moscú, club más representativo del país, adolece del mismo mal. En términos madridistas, el pívot Kuzmic deja algunas dudas (si Tomic os parecía mingafloja...),  y más teniendo en cuenta el "gran rendimiento" que Laso suele sacar a los cincos de ese perfil (en realidad a cualquier cinco que no tenga la velocidad de desplazamiento y maniobrabilidad de Ayón). La lucha de los Putin's boys frente a Serbia, por otro lado, puede resultar engañosa en tanto en cuanto, quitando a Bogdanovic, la selección balcánica no había llevado a la plantilla de gala, y aun así, con varias marchas menos, llegaron a la final. 

-España. Aquejados de un par de lesiones y malos momentos de forma claves, afrontábamos mermados este campeonato. Con un acierto perimetral más que limitado, fiando todo el juego ofensivo en los momentos calientes a lo que los Gasol pudieran rascar en la pintura. Buenos aportes de los Hernangómez, quienes no llegarán al nivel de la pareja de hermanos original pero tomarán un relevo que diste de dar vergüencita, como parecía cuando la posición de cuatro y cinco la iban a heredar Claver y cía. Con menos puntos de los debidos, e hipotecados por el raulismo que supone descartar una plaza de la expedición llevando a Navarro, Eslovenia nos arrasó con justicia. No obstante, un bronce no es cosecha baladí por muy mal acostumbrados que nos hayan tenido hasta ahora.

Para el Real Madrid, lo mejor del europeo es que se haya acabado, teniendo en cuenta que ha dejado a Llull en el dique seco seis meses (más otros dos o tres hasta que coja la forma: la temporada tirada a la basura) y a Doncic con un esguince que va a hacer que nos plantemos en la Supercopa con sólo Campazzo como base puro. Como para pensar en ganarla. Aunque, qué coño, somos el Madrid, ¿no?

sábado, 9 de septiembre de 2017

Parón postselecciones: el rollo de siempre

Tú, harta de las cagadas
Yo, de preguntarle a cientos
Tú, que dónde está nuestra pegada
Yo, que en qué ocupamos el tiempo.

En salir, perder, el rollo de siempre.
Metemos mil centros, embotellamos gente,
llegamos al área y joder, qué guarrada, sin Cris.

Voy que ni toco el suelo después de las selecciones.
No sé si son los viajes o el resto de distracciones.
Ya no me acuerdo, nena, que todo era de colores,
dónde estará el acierto, se lo han quedao con los goles.

Salir, perder, el rollo de siempre.
Metemos mil centros, embotellamos gente,
llegamos al área y joder, qué guarrada, sin Cris.

Y al parón siguiente...

Y al llegar a casa, me saludan:
"Oye, ¿cómo estás, cabrón? ¿Dónde te has metido?"
"Te confieso que en la Roja, y allí no he perdido el tiempo"
Pero ahora en liga es...

Salir, perder, el rollo de siempre.
Metemos mil centros, embotellamos gente,
llegamos al área y joder, qué guarrada, sin Cris.

Y al parón siguiente...

Para algunos el fútbol es galopar representando a sus países
excesivas horas, minutos, y segundos.
Yo, más humilde, sólo quiero que la ola de juego
que surge de la inercia de partidos juntos,
me transporte mecido hasta el (parón) siguiente.

Saliiir. Perdeeer.

Salir, perder, el rollo de siempre.
Metemos mil centros, embotellamos gente,
llegamos al área y joder, qué guarrada, sin Cris.

Y al parón siguiente...
Ya no me acuerdo de ná.