Resulta difícil destacar cuál es la peor noticia para el Barcelona de baloncesto. Hay para elegir, incluso si enumeramos espontáneamente, sin pensar mucho. Una plantilla que no cree en el entrenador y al que están haciendo la cama, según algunas fuentes, una serie de jugadores sobrevalorados y sobrepagados, un dineral gastado en fichajes a media temporada de rendimiento minúsculo, una sensación de permanente frustración e inferioridad cuando se enfrentan al Real Madrid, dos años y medio sin ganar ningún título importante, eliminados de la Euroliga antes del cruce de cuartos de final...
Normalmente diría que tal situación puede servir de acicate, orgullo de los jugadores mediante, para salir de la misma. Pero es que llevo sosteniendo eso desde el principio de temporada, y más bien parece que somos los madridistas los únicos que confiamos, algo temerosos, en un posible resurgir culé. Los azulgrana son un equipo sin alma, y aunque la lógica podría indicarnos que, a un partido por semana, pueden centrarse en la ACB y luchar por ella en los play-off del final de año, nada apunta en este sentido. Veremos si son capaces de lamerse las heridas.
El partido no tuvo apenas historia. El Madrid no necesitó jugar a muerte como en el duelo de ida (63-102 en el Palau, recordemos, con ventajas de hasta casi 50 puntos de diferencia), y dejándose ir consiguió la victoria casi al descuido, como apartando una mosca de un manotazo. Si alguien está acostumbrado a jugar al tran-tran es Llull, gustándose en ataque pero sin defender un pimiento (sólo desde su coladero y el de Carroll el FCB pudo conseguir algunos puntos de manera más fluida). Ojo a esta actitud del base menorquín cuando lleguen los partidos de verdad. Justo al contrario actúa Rudy, excelso en defensa pero que no las mete ni en una piscina. Como no penetra apenas debido a la desconfianza en su espalda, su aporte anotador es prácticamente nulo. El que sí está inspirado es Randolph, que es un jugador brutal cuando controla sus pérdidas de concentración.
Aun con todas estas carencias, el equipo blanco fue superior (las agresiones de Tomic y la autoexpulsión de Bartzokas supusieron la rúbrica final del lamento blaugrana) y ya tiene asegurado el factor cancha en el cruce de los ocho mejores. Se está hablando mucho del puesto en el que interesa quedar para evitar caer en semifinales contra el Fenerbahçe, pero primero llegarán los cuartos de final. En esta Euroliga hasta el más tonto hace relojes. Menos, por desgracia para ellos, el Barça.