martes, 13 de diciembre de 2016

Las dudas del Barcelona de baloncesto

Me pide Diego que hable un poco del Barcelona de basket. No pasa por sus mejores horas, ciertamente, pero me temo que no es posible descartarlo para nada. No sólo por la recomendable prudencia que la historia nos ha enseñado, sino porque la plantilla del equipo azulgrana está configurada de una manera que la convierte en muy peligrosa en momentos concretos y competiciones cortas, como por ejemplo la Copa del Rey.

Tras las sucesivas derrotas (palizas en algunos casos) contra el Madrid, la directiva culé decidió cesar a Pascual este verano, y, después de cancelarse la tentativa Jasikevicius, se echó en manos de las dos únicas piezas (fuera del CSKA y del Fenerbahçe, a día de hoy un escalón por encima del Barça) que verdaderamente nos han hecho daño a los blancos en estos últimos años: Georgios Bartzokas, el entrenador del Olympiacos que nos arrebató la Euroliga en Londres 2013, y Tyrese Rice, la mosca cojonera del Maccabi que nos ganó en la prórroga la final de Milán en 2014. A partir de este núcleo duro (un dineral les costó), han ido tratando de reconstruir un conjunto fichando perros de presa (a precio de oro algunos, como Claver), a la vez que intentaban acomodar lo bueno que pudieron conservar (Ribas, Doellman, Tomic, Perperoglou), si bien lastrados por la duración de contratos antiguos (ese Navarro en la cuesta abajo).

La plantilla barcelonista depende, pues, de un jugador extremadamente talentoso: el citado Rice. En ataque, la importancia del base norteamericano (con pasaporte montenegrino) es capital. Sólo el ala-pívot Doellman es capaz de generarse sus propios puntos sin que el juego pase por las manos de Tyrese. Tomic puede aportar muchísimo (la sempiterna jugada del pick&roll nos ha martirizado a los madridistas año tras año), pero no por sí mismo. El riesgo de colocar casi todos los huevos en una misma cesta está ahí, entonces. Por otro lado, tiene el Barcelona una pléyade de escuderos bastante buena, pero las lesiones son una plaga en este inicio de temporada. Claver ha faltado más partidos de los esperados (su actitud defensiva en el puesto de 4 es clave), Ribas y Lawal tienen para varios meses, Koponen (al que equivocadamente consideran un base director cuando es un anotador) tuvo un accidente de coche... No ha contado con la suerte de cara el griego en su estancia en Barna, lo que dicen algunos que le puede costar el puesto (ojalá, sería un error a mi juicio). 

Sin embargo, todos esos riesgos que conlleva una planificación centrada en la dureza defensiva que busque la libertad del base zumbón, pueden verse compensados si el jugador entra en estado de gracia y consigue contactar con las otras, exiguas mas existentes, islas de talento. Insisto: en torneos cortos va a ser un equipo peligrosísimo. En la liga parten con desventaja, pero en un play-off puede pasar de todo, y no es infrecuente que a mitad de año pongan más dinero encima de la mesa, como ya hicieron hace unas semanas fichando a Renfroe y a Holmes. Por desgracia, el FCB no ha dicho su última palabra esta temporada. 



jueves, 8 de diciembre de 2016

Segundos de grupo

El partido de anoche deja un sabor realmente extraño, como apunta Corna. Entre que uno no sabe si preferir el liderazgo o la segunda plaza, y teniendo en cuenta que en ataque no jugamos nada mal, resulta difícil enfadarse, por más que tirar por la borda un 2-0, en el 87' además, suponga algo imposible de celebrar. Las visitas del Borussia de Dortmund al Bernabéu sí que son complicadas, y no las que hace Periko en su tour por Andalucía. 

Los alemanes salieron valientes al césped, pero poco a poco el Madrid, lanzado por sus laterales (excepcional la actuación de ambos), consiguió tornar en discontinua y dubitativa su actitud. Unos cuantos disparos fueron el preámbulo del gol, anotado en semifallo por el felino en el que siempre creímos, aunque el mérito debiera recaer sobre el extraordinario pase de Carvajal. Con el 1-0 el equipo blanco dio un paso atrás, agazapado en torno a la supuestamente (opiniones hay para todos los gustos) balsámica vuelta de Casemiro. El Dortmund se estiró un poco, y Navas hubo de volver por sus fueros de la temporada pasada con una magistral parada a una falta envenenada de Schurrle. El pseudoabulense Aubameyang (dijo luego en rueda de prensa que quería jugar aquí; con 28 años en su DNI, no sé yo si su tren no lo cogió Morata este verano) estaba atado en corto por un sobrio Varane.

Tras el descanso, el tridente Weigl, Dembele y Auba sí fueron capaces de ir imponiéndose, sin embargo. Al Madrid le quedaban las contras, lo que no es poco, y tras un fallo garrafal de Benzemá, él mismo metió la cabeza en la segunda jugada a un centro exquisito de James. La flor de Zidane no parece limitarse al marcador, sino que tiene virtudes terapéuticas. La inesperada titularidad del colombiano pareció desterrar su melancolía, y su pierna izquierda (lanzadora de precisión, anoche) es un bonus difícilmente despreciable. 

El 2-0 no mató al Borussia, sino que lo espoleó. El de Ávila marcó y el entrenador sacó dos alfiles: Reus y Emre Mor, que suena a Chiquito de la Calzada pero es buenísimo. Para entonces, los madridistas se habían encomendado al contragolpe definitivamente. Lucas culminaba un descomunal encuentro, y tanto Benzemá como Marcelo pudieron sentenciar: no digamos ya Cristiano, al que su progresiva lentitud le permitió controlar, en lugar de tirar de primeras, un balón en el área. El portugués lo estrelló en el poste. El guión, con pretendida tensión y tintes de remontada heroica, resultó menos creíble al estar en diciembre, de modo que el desenlace fue desacostumbrado. Carrerón de Aubameyang y pase de la muerte: gol de Reus. 

El Dortmund termina la fase de grupos líder, y el Real imbatido. Nadie acabó la noche enfadado. El Madrid de Zidane es, por encima de todo, un enigma.