Me pide Diego que hable un poco del Barcelona de basket. No pasa por sus mejores horas, ciertamente, pero me temo que no es posible descartarlo para nada. No sólo por la recomendable prudencia que la historia nos ha enseñado, sino porque la plantilla del equipo azulgrana está configurada de una manera que la convierte en muy peligrosa en momentos concretos y competiciones cortas, como por ejemplo la Copa del Rey.
Tras las sucesivas derrotas (palizas en algunos casos) contra el Madrid, la directiva culé decidió cesar a Pascual este verano, y, después de cancelarse la tentativa Jasikevicius, se echó en manos de las dos únicas piezas (fuera del CSKA y del Fenerbahçe, a día de hoy un escalón por encima del Barça) que verdaderamente nos han hecho daño a los blancos en estos últimos años: Georgios Bartzokas, el entrenador del Olympiacos que nos arrebató la Euroliga en Londres 2013, y Tyrese Rice, la mosca cojonera del Maccabi que nos ganó en la prórroga la final de Milán en 2014. A partir de este núcleo duro (un dineral les costó), han ido tratando de reconstruir un conjunto fichando perros de presa (a precio de oro algunos, como Claver), a la vez que intentaban acomodar lo bueno que pudieron conservar (Ribas, Doellman, Tomic, Perperoglou), si bien lastrados por la duración de contratos antiguos (ese Navarro en la cuesta abajo).
La plantilla barcelonista depende, pues, de un jugador extremadamente talentoso: el citado Rice. En ataque, la importancia del base norteamericano (con pasaporte montenegrino) es capital. Sólo el ala-pívot Doellman es capaz de generarse sus propios puntos sin que el juego pase por las manos de Tyrese. Tomic puede aportar muchísimo (la sempiterna jugada del pick&roll nos ha martirizado a los madridistas año tras año), pero no por sí mismo. El riesgo de colocar casi todos los huevos en una misma cesta está ahí, entonces. Por otro lado, tiene el Barcelona una pléyade de escuderos bastante buena, pero las lesiones son una plaga en este inicio de temporada. Claver ha faltado más partidos de los esperados (su actitud defensiva en el puesto de 4 es clave), Ribas y Lawal tienen para varios meses, Koponen (al que equivocadamente consideran un base director cuando es un anotador) tuvo un accidente de coche... No ha contado con la suerte de cara el griego en su estancia en Barna, lo que dicen algunos que le puede costar el puesto (ojalá, sería un error a mi juicio).
Sin embargo, todos esos riesgos que conlleva una planificación centrada en la dureza defensiva que busque la libertad del base zumbón, pueden verse compensados si el jugador entra en estado de gracia y consigue contactar con las otras, exiguas mas existentes, islas de talento. Insisto: en torneos cortos va a ser un equipo peligrosísimo. En la liga parten con desventaja, pero en un play-off puede pasar de todo, y no es infrecuente que a mitad de año pongan más dinero encima de la mesa, como ya hicieron hace unas semanas fichando a Renfroe y a Holmes. Por desgracia, el FCB no ha dicho su última palabra esta temporada.