miércoles, 28 de septiembre de 2016

Homenaje a Vargas Llosa, por Tomás Luís de Victoria

La casa era pequeña y a la vez destartalada y me había tocado a mi, esta vez habían sido dos y Edwin había ido donde el viejo de Barrios Altos, una puerta mal pintada y dos ventanas, junto a otras casas pequeñas y destartaladas, cariño ¿Por qué siempre te toca a ti? No tardo mi amor ¿Ya? Fuera había un gallo y unas matas resecas en un jardín polvoriento, puta hermano, venga otra cerveza, que todavía los estoy viendo, aparqué el coche delante de la casa esquivando a un perro famélico de hocico alargado que me miró de soslayo ¿Y vas a tardar mucho mi amor? En la acera volaban papeles que el viento húmedo llevaba para volver a traer, hermano esos cholos (1) ni sienten ni padecen compadre, les miras su cara, y la cagada, mientras me movía pensaba que me estarían mirando, y si no lo hacían, yo los estaba mirando a ellos, los ví desde que me dijeron que viniese, tenemos que ir a casa de mamá porque Lucri y Vilma han hecho torta de guanábana (2), ¿No los puedes llamar por teléfono? Mientras me acercaba, imaginé que la casa no tendría timbre y si eran tan mayores como creía, tardarían en abrir, son cosas que pasan tigre, y venga, poniendo como las gallinas para otra rondita de chelas (3) que mi compadre anda mustio, no se me rajen, los guijarros crujían bajo mis piés y el gallo revoloteó hasta una cerca, también desvencijada y despintada, mi amor, un telegrama bonito, algo, chucha (4), no jodas más a mi compadre, que a la vejez le ha dado llorona, delante de la puerta, toqué con los nudillos y con un graznido, más rápido de lo que pensé, se abrió la puerta, ¿Pero ahora que van a hacer, carajo? No es justo, ni que pierda mi Sporting Crystal, e igual me jodo compadre, y ahí estaba, tal y como me lo había imaginado, delicado, canoso y con una voz temblorosa que me invitaba a pasar a su casa destartalada, a su salón, a su vida, ¿Sabes mamá? Tardaremos un rato porque Lucho ha tenido que salir...sí mamita, fué terrible, el chofer del camión iba zampado (5), salió en las noticias, Pasamayo maldito, yo lo crucé harto compadre, cuando viajaba todas las semanas a Chancay, y es bravo, ella estaba sentada en un sofá verde y raido y sucio sin apoyar la espalda, con las manos retorcidas en su regazo, sobre el delantal descolorido, mirando al suelo, mirando nada, no se sabe, mamita, lo están mirando todavía los técnicos de la compañía y del seguro, parecía que llevaban ahí sentados los dos toda la eternidad, quietos, sin mirarse, esperándome, mira Luchito, la ley nos ampara, no fué culpa nuestra ni de nuestro chofer, y tienes que decírselo, no se me rían pues compadres, y ánimo hermanón, que lo veo a usted un poquito Laive (6), me senté en una silla que había frente a ellos, pegada a una mesa desconchada vencida en una esquina, ya tiene que estar al llegar porque me dijo que sería rápido y no tardaría, puta mi socio le va a coger el gusto y se va a buscar una chambita en El Ángel (7), si mamita, vivían los tres solos y a ella le acababan de dar una plaza en Huacho de maestra, tome asiento joven, tenga la bondad, ¿Le puedo ofrecer limonada? puta compadre, hoy me huasqueo (8), que cagada, no, no se preocupe, muy amable señor, ¿Porqué no me dice que ya lo sabe, que me vaya ? Pero se sienta y me mira, esperando, carajo flaco, no dijeron ni michi, nada, concha su madre, nada, ni mierda, no sabía que chucha hacer, se han quedado sin nada y no han abierto la boca, ¿Ves como fué rápido mami? Ya está Lucho abajo, enseguidita estamos allá, puta hermano y me despidieron y me dieron la gracias y todo, cholos concha su madre....

1)Indios
2)Chirimoya
3)Cervezas
4)Coño
5)Borracho
6)Popular mantequilla peruana
7)Célebre cementerio limeño
8)Emborracho

sábado, 24 de septiembre de 2016

Rebeldía canaria

Tienen las islas en el Congreso una formación política de idiosincrasia pactista, cuando no chaquetera. Con el PP o con el PSOE, o con los dos a la vez, si en algo destaca Coalición Canaria es en su disposición, en su capacidad para aliarse con quien haga falta. La adaptabilidad es su rasgo definitorio, y a la vez su mejor arma.

Quién sabe si en un acto de protesta contra esta actitud, el último fin de semana de septiembre (habrá que ir despertando a unos cuantos) nos ha dejado un espíritu canario muy diferente. En la final de la Supercopa, el Herbalife ha barrido por veinte puntos de diferencia al Barcelona, que se las prometía muy felices tras derrotar al Real Madrid en la víspera. Pero no todo los días sale el sol, ni Rice mete 30 puntos. La mayor preparación física de los canarios se hizo valer. Lo positivo para los culés, entrenador aparte, es que de este torneo se van con la sensación de que los fichajes han sido buenos: excelente Claver en su labor oscura defensiva y poderosísimo Rice en el 2x2 frontal y cuando coge la racha de tiro. No obstante, algún retoque más les vendría de perlas para el salto de calidad necesario.

En fútbol, la UD Palmas no le perdió la cara al partido, bastante anárquico, y encontró premio en los últimos minutos, con un gol afortunado tras rebote. El Madrid estuvo mal, da la impresión de que la supuesta pegada es un invento salvo si los partidos van cuesta abajo (¡cuántas ocasiones para meter gol, y nunca de forma limpia!). Que el equipo se parta cada vez que Casemiro falta no convierte en Mauro Silva al brasileño, sino que debe apuntarse en el debe de Zidane. Esta noche hubo muchas actuaciones mejorables: un despistado Kroos, un sobrevalorado -de momento- Asensio, un poco resolutivo Morata, un desquiciado Cristiano (dará que hablar su cambio), un impreciso Bale (hasta cuando tiene chispa física, siempre le falta algo) y unos cambios extraños. Demasiado para este nuevo ímpetu canario, tan inesperado como eficaz.



jueves, 15 de septiembre de 2016

La Copa Intercontinental

Siempre que se habla de títulos, se suele dejar de lado este trofeo que, sin duda, tiene menor valor que los tres grandes, pero a mí me hace especial ilusión. Y está muy ligado a la historia del Real Madrid, además.

La primera Copa Intercontinental se disputó en 1960. El Madrid venía de ganar cinco veces seguidas la Copa de Europa, y en aquel año se había creado un campeonato similar en Sudamérica: la copa Libertadores, cuyo primer campeón, el Peñarol, era un equipazo. La ida fue el 3 de julio en Montevideo, sobre un terreno muy mojado, terminando con empate a cero. En el Bernabéu de septiembre se jugó la vuelta, con más de 100.000 personas en las gradas. La alineación del Madrid fue Domínguez, Marquitos, Santamaría, Pachín, Vidal, Zárraga, Del Sol, Herrera, Gento, Di Stefano y Puskas. Las crónicas dicen que fue uno de los mejores partidos del Madrid de las cinco Copas de Europa, lo que son palabras mayores. En el minuto 15 ya iban 3-0, con dos goles de Puskas y otro de Di Stefano, de tacón. Herrera y Gento colocarían el 5-0, y sólo la relajación madridista en el tramo postrero (algo que parece tradición) permitió a los uruguayos hacer un gol. 

Desde entonces el Madrid ha ganado otros tres trofeos, el último en Marruecos ya como Mundialito de Clubes, y puede hacerse con el quinto entorchado este diciembre. Ojalá así sea.


lunes, 5 de septiembre de 2016

El lustro negro del Real Madrid de baloncesto

Así denominó la revista Gigantes a los años que sufrió el Real Madrid a finales de los ochenta y principios de los noventa. Después de unas décadas de hegemonía blanca, varias circunstancias terminaron constituyendo un combo demoledor para nuestra sección. La nueva gran apuesta del F.C.Barcelona por mejorar su sección fue importante, sin duda, pero no la única causa. Vaya aquí un resumen, que a la vez sirva como homenaje a quienes tanto se esforzaron en aquella época tratando de evitar los infortunios, en la medida de lo posible:

1986-87: Recordada por la de la primera partida de un jugador español a la NBA: Fernando Martín. El equipo no fue capaz de asumir la marcha de uno de los referentes del vestuario. Cuarto en liga regular, cayó en el playoff de semifinales frente al Barcelona de Aíto, después de haber eliminado en cuartos al Estudiantes. El vigente campeón culminaba un año nefasto, mientras su rival hacía doblete ganando la Copa del Rey al Joventut. Por desgracia, no sería un tropiezo puntual.

1987-88: La derrota en ACB de la temporada anterior mandó al Madrid a la Copa Korac, lo que hoy sería la Eurocup (homóloga de la Europa League en el balompié). Los blancos la terminaron ganando, reincorporado Martín desde Portland. Se trataba de un título que podría haber servido para defender el año, pero las frustraciones superaron con mucho a esta alegría. En Valladolid, un triple en el último segundo de Solozábal suponía un doloroso puñal. La herida se agrandó con la derrota en la final de la liga, también contra el Barcelona. 

1988-89: Incapaz de soportar el papel secundario del Madrid en estas dos últimas temporadas, Mendoza tiró de talonario y trajo al mayor villano que existía por aquel entonces en las canchas del baloncesto europeo: Drazen Petrovic, el genio de Sibenik. En el vestuario no cayó muy bien. Algunos veteranos terminarían saliendo tarifando: famosa fue la rajada de Iturriaga, dolido contra la "pérdida de valores" (aunque seguramente más dolido por su salida). No obstante, aquello no fue óbice para que se ganara la Copa del Rey al Barcelona (devolviendo esta moneda a los culés) y la Recopa de Europa al Caserta, con excepcional actuación de Drazen  en la final (¡62 puntos!). Mas la final de liga contra el Barça impidió que se consumara el pretendido cambio de tendencia. Hubo una plaga de lesiones y una gran polémica con el arbitraje de Neyro (el Madrid defendió la última posesión con cuatro jugadores, algo nunca visto),  pero el caso es que se perdió, y Petrovic quedó con la mosca detrás de la oreja.

1989-90: El pobre George Karl vio cómo al inicio de la nueva temporada (y de su nuevo proyecto), Petrovic hacía las maletas y marchaba a Portland en una terrible despedida a la francesa. Las penalidades no terminaron ahí. Askew, un pívot americano recién fichado por el equipo blanco, no superó el reconocimiento médico por un problema en la rodilla. Y el 3 de diciembre, Fernando Martín moría en un accidente de tráfico, dejando a la plantilla en un profundo estado de desconsuelo. Se perdió la final de la Recopa frente a la Virtus de Bolonia. En la Copa del Rey el CAI Zaragoza, a la postre campeón, eliminó al conjunto merengue en semifinales. En la liga, el Joventut derrotó a los de Karl, también en semifinales, para luego perder el título contra el Barcelona. Las cuatro ligas culés seguidas le costaron el puesto al bueno de George.

1990-91: Las desgracias extradeportivas no acabaron en aquel año aciago del 89. Sustituido Karl por Brabender, éste tampoco logró remontar la irregular trayectoria del equipo. Despedido, se le dio el mano al veterano Ignacio Pinedo, que consiguió enderezar parcialmente el rumbo clasificando al Real para la final de la Copa Korac, frente al Cantú. Increíblemente, el hombre sufrió un infarto durante el primer partido de aquella final, quedando en un coma irreversible durante meses, hasta su definitiva muerte. Los jugadores no pudieron dedicarle ese título (en estado de shock, perdieron ambos partidos), siendo además eliminados por el Barcelona en las semifinales de Copa del Rey, con una canasta final verdaderamente absurda. En liga, por primera vez en la historia se cayó en cuartos de final, esta vez contra el Taugrés. ¿El único consuelo? Que sería el Joventut quien se proclamara campeón de la ACB. Algo que certificaba la condición de comparsa del Real Madrid de aquellos años. Alegrarse porque el máximo rival no conseguía la quinta liga de forma consecutiva.

El año 92 fue un pequeño chute de optimismo, con la conquista de la Recopa (a la canasta de Ricky Brown le dedicamos un post completo) y la eliminación del Barcelona en el playoff de cuartos de la liga ACB. Se perdió la final contra el Joventut, pero se sentaron las bases para el doblete de liga y copa del 93. La liga del 94 y la Copa de Europa del 95 devolvieron al Madrid a la gloria, tras su lustro más negro. Después habría épocas aún peores, pero aquella fue la primera crisis auténtica de la sección baloncestística del Real Madrid, un agujero negro que a punto estuvo de devorar para siempre una parte del club que algunos han mirado tradicionalmente con aire suspicaz. En estos tiempos de vino y rosas, conviene recordar de dónde venimos, y por lo que hemos pasado.