jueves, 28 de enero de 2016

Pregunta a los parroquianos

Habida cuenta de que ha vuelto la costumbre de comentar como anónimo y que yo no puedo estar aquí todos los días, os pregunto qué os parece lo mejor para hacer. ¿Elimino la opción de comentar como "nombre/URL" y "anónimo" (van juntas) para que sólo pueda comentar quien esté registrado? Eso obligaría a muchos que comentan sin registro a hacerse una cuenta (sé que Lucas tiene, pero otros como Corna o Aitor tendrían que hacérsela y sé que es un peñazo). 

Os paso la pregunta a vosotros. También puedo dejar las cosas como están, pero eso obliga a tener que convivir de vez en cuando con algunos comentarios de trolles. Hablad, por favor.

viernes, 15 de enero de 2016

La canasta de Ricky Brown

1992. Un Real Madrid de entreguerras llega a la final de la Recopa de Europa frente al PAOK de Salónica. El equipo griego es el vigente campeón de esta competición, gracias a uno de los más bochornosos partidos que se haya visto en la historia del baloncesto FIBA. En Ginebra, una afición que ocupó más asientos de los que debía (incluyendo el palco de autoridades) y que incluso robó entradas a punta de arma blanca a los aficionados rivales del CAI Zaragoza, interrumpió el partido con lanzamiento de objetos, creando un ambiente insoportable que terminó por declinar la final al lado heleno. A una horda similar, en Nantes, tiene que enfrentarse el Real Madrid, entrenado por Clyfford Luyk. El PAOK, por su parte, está liderado en la pista por el fenomenal tirador Branislav Bane Prelevic.

Durante la primera parte el Madrid es dueño  y señor del encuentro. Los Mark Simpson, Romay, Antúnez, Cargol, Llorente y Brown se despegan en el marcador (28-43). Pero tras el descanso todo cambia. El PAOK empieza a impedir los contraataques madridistas, y, guiado por el serbio Prelevic y por el gigantón Fasoulas, consigue reducir distancias. El ambiente se hace cada vez más irrespirable. Quedan 30 segundos y el Madrid gana de tres puntos (60-63), pero un triple desde Belgrado de Bane empata el partido a falta de 8 segundos. La táctica de Ivkovic es artera, hacen falta rápido para jugarse la última posesión, convencidos de la mano serbia que los puede llevar a la victoria. Además, en esa época está en vigor la ley del 1+1 en tiros libres, según la cual el que recibe la falta sólo tiene derecho a un segundo tiro si encesta el primero (posteriormente se cambiaría esta norma, porque se considera acertadamente que da más ventaja al infractor).

El madridista Mark Simpson se coloca en la línea, sudando. El partido está en sus manos. Se prepara, se levanta y... falla el tiro libre. A partir de ahí, todo sucede muy rápido. El rebote cae en las manos de Fassoulas, que mira rápido a quién pasar para aprovechar el contragolpe. En el banquillo madridista, Luyk agacha la cabeza apesadumbrado. Fasoulas pasa la bola... ¡mas de repente emergen los kilométricos brazos de Ricky Brown para cortar el pase! En una velocísima maniobra, sus manazas "peinan" la pelota y acaban atrapándola, y de inmediato se gira para lanzar a canasta en el último segundo. El balón entra mientras suena la bocina, y es imposible no emocionarse al contemplar la carrera del negro grandote, que tanto había tenido que soportar en alguna pista ACB ("negro, cabrón, recoge el algodón" le habían cantado), y su sonrisa de niño pequeño antes de abrazarse al resto celebrando que, tres años después, el Madrid volvía a ser campeón.

martes, 5 de enero de 2016

Año nuevo, entrenador nuevo

-Me apena mucho la destitución de Benítez. No porque me parezca que deba continuar, sino por el hecho de que alguien tan comprometido y con tan buenas intenciones haya fracasado estrepitosamente. Su carta de despedida y el haber perdonado dos años de contrato su actitud demuestran que estamos ante un auténtico caballero. Ojalá le vaya bien.

-Respecto a la vieja discusión de Ancelotti, ya expuse mi opinión. Los gloriosos triunfos de la primera temporada y las derrotas de la segunda dependen, ambos, de detalles muy concretos. Pensamos en el minuto 93 y el gol de Bale en 2014, y también la mala suerte contra el Valencia, el Barça y hasta en la vuelta de la Juve en 2015. Luces y sombras, para mí debió continuar. En cualquier caso, qué más da.

-Zidane. El Madrid se aferra al mito, pero su rendimiento es una incógnita. Eso sí, tenemos al fin nuestro Guardiola en el terreno de la imagen: exjugador, educado, bien vestido y calvo estiloso. Frivolidades aparte, resulta curioso comprobar cómo se despidió a Carlo para, seis meses después, acabar con el segundo de Carlo. Ojalá salga bien, pero es la repanocha.